Queridos lectores, hoy quiero abrir un ciclo de artículos de género filosofía social sobre los problemas de la industria para adultos, prostitución, trata de personas, que van escritos en un estilo periodístico, que serán ilustrados por anécdotas de mi propia investigación.

Todos hemos escuchado la frase «Cada cuidad tiene dos caras: una cara de día y otra cara por la noche«. ¿Pero que pensamos cuando oímos esta frase? La verdad, nada serio: algunos cuadros de películas estadounidenses sobre Las Vegas, los casinos, o algo más sencillo como las prostitutas cansadas, un par de ladronas, una pareja que se corteja, los policiales y algunas luces rotas. ¿Se han imaginado alguna vez que estos lugares en la noche tiene su vida propia? Una vida plena con sus hombres, mujeres, niños, restaurantes, vendedores de ropa, vendedores de comida, personas que te prestan plata, guardias, personas que te lavan la ropa, taxistas y otras personas que son una analogía total a la gente que trabaja durante el día. Pero esta gente nocturna obviamente tiene características específicas y su “peso social”.

Nosotros caminamos todos los días por calles donde la mayoría de los locales se encuentran cerrados durante el día y no pensamos en eso. Es una rutina para nosotros. Cada día pasamos por las mismas persianas cerradas. Y si yo te paro en la calle y te pregunto: «¿Porque en esta calle ahora está todo cerrado?» Obvio, que me dicen; que en esta calle todo abre a la noche, porque tiene reputación de una «calle sucia», «una calle de pecado». Pero ¿pensamos eso cada vez que caminamos por acá? No. Es una costumbre. Nos acostumbramos a lo que vemos todo el tiempo. Y no pensamos en eso, sin tener en cuenta la importancia del contenido. Si es un contenido terrible o agradable.

Un par días atrás yo caminaba por una calle de Buenos Aires donde todas las persianas estaban cerradas,como si no vivieran personas en ella. En mi cabeza suena una canción:

las persianas cerradas, las puertas atrapados, el tiempo lleva el vacío y el olvido, la cuidad de los vientos, la cuidad de los fantasmas

Yo paseaba por esta calle varias veces y siempre sentía que había algo raro en ella, pero no me daba cuenta por qué. Y esta vez entendí la razón: escucho el eco de mis pasos en el día en lugar del ruido de la cuidad. Y esto me da el entendimiento que cerca de mi sólo existe un vacío, solo a la distancia se puede oír el gemido de un perro que estaba atrapado en alguna casa. Tal imagen me impresiona mucho.

Esta vez estaba apurada por llegar a una presentación de mi nuevo libro «Los cantos de una Rusalka» y no me daba cuenta en que calle estaba hasta que una mujer anciana me detuvo (probablemente porque ella pensó por mi ropa que era una turista y que entré en el lugar equivocado) y me dijo: «no es un buen lugar para una mujer, tan tarde«.

Amigos, es una costumbre mía… Después de mi larga investigación periodística sobre la industria para los adultos, mujeres inmigrantes ilegales, tráfico de personas y prostitución que realicé para mis libros “Prolegómenos al libro “Carne” (2016) y “Carne”(publicación preparada para año 2019), estos tipos de calles me generan un sentimiento de atemporalidad con su atmosfera característica. Por ejemplo, en cualquier país los mercados huelen específicamente igual, en París, en México y en Buenos Aires. Con los olores de los strip clubs la situación es similar. Tienen un olor de atemporalidad además de una soledad total. Cuando siento este olor, me pierdo en el tiempo, en el espacio y tengo la sensación que estoy en… algo familiar. Y acá radica el horror de toda la situación, que es esta atmósfera de atemporalidad, el abismo, el agujero negro y estas calles que para mi son algo muy normal. No siento ninguna incomodidad por estar allí.

¿Saben cuántos años estuve en lugares como estos? ¿Saben durante cuántos años bailé como stripper en lugares como estos en varios países para obtener información verdadera sobre estas mujeres? ¿Saben cuántos años consolé a las niñas que lloraban sobre mi pecho? ¿Saben cuántos años escuché las amenazas de la policía, los proxenetas, los jefes del clubs, los corruptos y otros?

En realidad, el mundo nocturno no es sólo donde las mujeres entran, bailan strip o tienen sexo con clientes y nada más. No. Es un mundo con sus propias reglas, análogo al mundo diurno, pero con sus características especiales.

¿Qué es una «Mariposa en la Noche» o «Mariposa nocturna» para ustedes?

La mayoría piensa que es una mujer que tiene una vida común durante el día y sólo en la noche entra en lugares especiales para buscar clientes y dinero. Es un error muy común de todas las personas que no entran en este mundo nocturno y sólo leen historias «eróticas» en la prensa, miran películas de temas «calientes» o están en este mundo sólo como clientes de estas mujeres.

Para conocer la verdadera situación debí ser una de ellas, trabajar a su lado mucho tiempo, si no, siempre iba a escuchar las tristes «historias de las mariposas de la noche» para conseguir más propina de los clientes u otras historias mentirosas dichas a ellos por las mismas prostitutas o por periodistas baratos que mienten para vender sus artículos.

Para saber la verdad debí ser parte de esta vida nocturna, como una trabajadora… como una bailarina,una prostituta, una cocinera de club, una vendedora de ropa de club, que trabajaba cada noche con ellas, que comía una comida con ellas, que fumaba cada noche cigarrillos con ellas, que se ponía un make-up con ellas, que escuchaba los dolores que contaban cada noche. Solo entonces y solo entonces… podría conocerlas realmente. Sólo que…no se vuelvan locos cuando se enteren de la verdad!

El Mundo nocturno es una gran estructura compleja. Es un gueto social con sus reglas propias, su idioma, su mercado (mecanismos de pago, etc.). Como los guetos étnicos en varios países.

¿Porque yo uso el término «gueto social», en lugar del común «gueto»? Porque «gueto-común» se une a las personas con alguna característica más clara: raza, nacionalidad, etc. Pero la vida nocturna une gente de varias nacionalidades, edades, géneros. Hay sólo una característica en común de la gente que vive en este gueto – es la característica social. Esas personas viven en nuestra ciudad, pero tienen otro horario de vida activa (la noche) y ellos no tiene apoyo de nuestra sociedad, es decir que no tienen el mismo peso social igual al que nosotros tenemos.

Por ejemplo, si una mujer va a una entrevista de trabajo en un jardín infantil con su diploma y le preguntan: «¿Donde trabajaba antes usted?» ella cuenta: «Yo trabajé a la noche en un club«. Si o si la directora no va a darle el trabajo. Porque en su cabeza quedará la imagen de esta mujer como una prostituta. Porque hay una opinión social que dice que las personas que trabajaron por la noche son oscuras, sucias. ¿Y porque nuestra sociedad no va a darle a esta mujer un trabajo en el jardín infantil? ¿No está lo suficientemente preparada para el puesto, no tiene diploma? No es eso, tiene los conocimientos necesarios. ¿Y qué problema hay si ella bailaba a la noche? ¿Creen que ella va enseñar a los niños a bailar en el caño? No. Pero es un estereotipo. Y no quiero imaginar cómo cambiaría su opinión si ella hubiera trabajado como prostituta… Y eso pasa con todas las mujeres que trabajan por la noche. Ellas no tienen posibilidad de tener una buena carrera después de su trabajo en la vida nocturna porque la sociedad las bloquea.

Pero, en realidad, hay otro problema para que las mujeres después de un tiempo de trabajar a la noche no tengan una carrera de alto nivel en nuestra sociedad. No solo porque nuestra sociedad no permite eso… Tampoco las mujeres después de mucho tiempo de vivir en este gueto pueden salir de él por varios motivos: desde económicos hasta psicológicos.

¿Cómo funciona el gueto social?

Para mayor claridad, voy a contar la historia de una joven: Niki. Era una nena de 19 años de una familia pobre. Ella quería ganar un poco de dinero para irse a vivir sola a un departamento (porque tenía una familia grande y no tenía su propia habitación en la casa de sus padres) también quería ahorrar algo para pagar sus estudios en una buena universidad privada y buscar una pareja. Y ella entró en un strip club para trabajar como bailarina. Porque pensaba que es algo común para ganar dinero rápidamente y que era sólo algo temporario, nada serio. La sociedad en “caras” de varias personas le decían: “Mira, estamos en siglo XXI y ahora trabajar como stripper no es un pecado y nadie se preocupa por esto. Si quieres – ve a trabajar y después si quieres trabajar de otra manera – no vas a tener problemas. Nuestra sociedad es muy abierta”, etc.

Sin embargo cuando ella entró al Club, comenzaron algunos problemas: primero, no tenía ropa específica para bailar, tampoco tenía zapatos. Y eso cuesta mucha plata, y esto no lo puedes comprar en una tienda común. Ella no tenía recursos y llegó a un acuerdo con el Club, para que este le preste dinero para comprar ropa y zapatos. Cada club tiene personas que confeccionan y venden este tipo de ropa y otros equipos necesarios. Ella tomó como una especie de crédito del Club y compró por un precio elevado todas estas cosas, porque no hay posibilidad de comprar algo más barato… no hay competencia.

Entonces, cada noche después del trabajo, ella pagaba un parte de su salario al Club para cancelar el préstamo. Después entendió, que volver cada noche a su pequeña habitación en un barrio alejado era costoso y difícil. Porque terminaba su trabajo a las 5-6 de la mañana. Tomar un taxi era muy caro, y se hacía muy tarde tener que esperar un colectivo o que comience a funcionar el metro. Cada bailarina trabaja cada noche desde las 20hs hasta las 5-6 de la mañana son casi 10 horas de trabajo más el tiempo para regresar a su hogar. En el mejor de los casos una bailarina llegará a su casa a las 8hs de la mañana y podrá dormir hasta las 16 o 17 horas, después irá a comprar algo para comer y volverá a su trabajo. Entonces no tiene tiempo para preparar su comida, limpiar su casa, comprar ropa, etc. Tampoco tiene posibilidad de entrar en un banco, una clínica u otros servicios normales que trabajan de día. Por eso debe usar otros que se prestan para ella en la sociedad nocturna.

Esta sociedad tiene habitaciones “chiquitas” para vivir muy cerca del Club, tienen gente que lavan la ropa, preparan comida, venden ropa de trabajo o normal. Y todo esto en horarios nocturnos. Por eso estas mujeres usan estos servicios a pesar de que son caros y de menor calidad. Pero no queda otra alternativa, cuando las personas trabajan 10 horas por día a lo que se suma que trabajar de noche es mucho más difícil, porque el biorritmo de tu cuerpo te “pide” dormir. Por eso, después del trabajo estas mujeres no tienes ganas de hacer cosas. Y como es una estructura grande con su sistema de pagos, la mujer cada noche paga más de la mitad de su ganancia para el Club (incluidos todos los servicios: habitación, comida, peluquería, ropa, etc.) Y como resultado, la mujer tiene una dependencia económica. No hablo sobre gastos aparte como alcohol y drogas, porque la mayoría de las mujeres no pueden hacer este tipo de trabajo sin “que se nuble” su cabeza.

Para pagar el préstamo y tratar de ahorrar para su educación, Niki trabajaba cada día. Solo el domingo tenía un día de relax. Pero en este día ella prefería dormir y descansar. Estaba muy pasiva porque no tenía ganas de hacer su vida, y tenía dolor en las piernas por bailar cada noche. Y cada vez que sus amigas y amigos de colegio o niñez la invitaban a una fiesta, ella no aceptaba porque no podía… porque los horarios de su trabajo y los horarios de la fiesta coincidían. Nadie festeja su cumpleaños a las 10 de la mañana, además a esa hora, Niki estaba dormida después de su trabajo. Y no podía contarle a sus amigos que trabaja como stripper. Porque nadie entiende, y en el peor de los casos, ellos podían decirle a sus padres. Estos nunca comprenden ni aprueban la decisión de sus hijos. Entonces mes a mes perdía a sus amigos, que se olvidaban de ella porque nunca la veían. El lugar de los viejos amigos, paso a paso fue reemplazado por nuevos amigos que trabajaban con ella. Y en 3-4 meses tenía amigas nuevas- prostitutas-bailarinas, otros temas de qué hablar, otras formas de relajarse… y así, ella ya no tiene nada en común con su vida anterior. Y después de 6 meses de este tipo de vida, Niki tenía otras costumbres que nada tenían que ver con las antiguas.

El mundo exterior y sus viejos amigos tienen vergüenza y no la aprueban. Los nuevos amigos la apoyarán y entenderán. Entonces, ella tiene otra vida totalmente distinta y obviamente ya está acostumbrada a ella.
Y este un caso de un Club muy claro y honesto, sin violencia, sin proxenetas, sin mentira de documentos, sin contratos falsos y chantajes. Es un caso muy civilizado en un Club de alto nivel.

Yo hablé con ella y cuando ella entró en este Club y tenia ojos como un niño y después de un año volví a hablar con ella cuando su vista perdió la inocencia y se cambió por la vista de una madam con cinismo y fatiga. Ella se convirtió en la otra persona, con otros objetivos en la vida (nada que ver con seguir en la universidad en la carrera de economía que ella quería antes), otro maquillaje (desde el fresco y torpe adolescente hasta un make-up pesado y vulgar como es característico en este tipo de mujeres), otra lengua (jerga de trabajo), otras costumbres (alcohol, tabaco, cocaína), otros valores (cada hombre es un cliente y sabe que debe decir cualquier cosa con tal de conseguir dinero), etc. Veía delante de mí, no una persona con sus pensamientos, sino una criatura que se posiciona como un producto en el mercado, con su etiqueta de precio y que no necesita amigos, ni nadie a su alrededor, solo cobrar su tarifa. Similar situación a cuando caminas en una carnicería y la vendedora de mediana edad, cansada nerviosamente te pregunta: “¿Va a comprar o no? Si no – pasa, no te pares, no mires, pasa”. Y esto es muy terrible, porque Niki no está en una carnicería, no tiene varios hijos y solo tiene 19 años.

¿Y quién puede culpar a esta chica? Si nosotros mismos la empujamos, la bloqueamos, y somos igualmente esclavos de costumbres.

¿Quién puede culparla? Y a las otras chicas nocturnas que no pueden salir de este gueto social que reemplazo a todas sus vidas de día…. ¿Quién de nosotros no está acostumbrado a la vista de un mendigo que pide dinero, a la madre que está esperando todos los días y prepara algo sabroso, a un amigo que disfruta sin envidia de tu progreso, a las personas que rebotan, como una bola de billar, si un negro bruscamente y rápidamente sale de la tienda?

Entonces, a pesar de todos los problemas sociales nos apoyamos en la naturaleza humana: acostumbrarse y… condenar a otros.