8-9 de marzo de este año en Buenos Aires llevó a cabo la cuarta conferencia de economía anual a gran escala de Expo EFI. En ella asistieron representantes de muchas empresas, como Renault, Toyota, Hyundai, Volkswagen; instituciones bancarias (Banco Supervielle, Banco Nación), las petroleras Shell, Total, ExxonMobil; los representantes del sector agrícola (Sociedad Rural Argentina, Monsanto), los transportistas, los «embajadores» de las empresas de inversión y todo tipo de organizaciones de tecnología, innovación y comercialización, y muchos otros.
Expo EFI comenzó incluso durante tiempo de Kirchner. Los cambios políticos y económicos en el país con la llegada de Mauricio Macri y su equipo han sido muy grandes. Expo EFI ha cambiado también. En los últimos dos años en la conferencia, además de kirchneristas, asistieron teóricos liberarles absolutamente no peligrosos para el régimen de Christina, que no tenían prácticamente ningún peso político. Muchos de ellos han escrito varios libros, algunos son autoridades reconocidas en la comunidad académica y enseñan en las universidades, pero que no participaban en la «gran política«.
El año pasado participaron tales prominentes liberales, Ricardo López Murphy, Javier Milei y asistió incluso Elisa Carrió y la atención del público se centró bastante en ellos.
Fue la presentación de este año de los liberales teóricos también, pero que, sin duda fueron eclipsados por los «prácticos«: empresarios, tecnócratas, los agricultores, los inversores. De ahí la sensación paradójica de lo «silenciosa» que fue esta conferencia a diferencia de las dos anteriores. Tal vez, se puede suponer que la Expo EFI transformó gradualmente de una «hermosa» y brillante pero «teórica» conferencia, en una herramienta de comunicación entre los diferentes grupos de pragmáticos funcionarios, empresarios, inversores y representantes de los círculos políticos. En lo personal, yo estoy muy feliz con este giro: las teorías liberales no es mucho lo que podrían ayudar a la Argentina, pero la fuerte conexión de los «prácticos» sin duda servirá para resolver parte de los problemas nacionales.
En la conferencia mucho se ha dicho acerca de la situación con respecto a los trabajadores y los sindicatos. La situación con ellos en Argentina es francamente desagradable: hay huelgas constantes, requerimientos para aumentar los salarios y para prohibir los despidos, etc. Por desgracia, los empleadores no tienen en el país el poder político suficiente para imponer su posición, pero el hecho mismo de que comenzaron a instar a hacer frente a los requerimientos desmedidos de los trabajadores dice mucho. También los empresarios criticaron la falta de una política eficaz antiinflacionaria y los altos impuestos.
También se discutió la política energética, desafortunadamente, el gobierno de Macri en forma obsesiva y persistente promueve la energía «verde» (renovable). Representantes de la industria de petróleo y gas critican fuertemente este enfoque y argumentaron que si Argentina se dedica a la producción de petróleo y gas de esquisto (shale gas) que no sólo tendría plena autosuficiencia, sino que también puede convertirse en exportador de energía. Estoy totalmente de acuerdo con los «conservadores de energía». El petróleo y el gas de esquisto son mucho más relevantes para la Argentina que la construcción de costosos proyectos «verdes» que no dan beneficio a ningún país del mundo.
También se discutió sobre el problema de la infraestructura y la logística. Brillantemente presentaron los representantes del sector agrícola. El presidente de la Sociedad Rural Argentina ha declarado abiertamente que el sector agrícola no necesita inyecciones de fondos adicionales, sino que Argentina por si misma puede subir su nivel del agro, solo debería dar la posibilidad de competencia, eliminando el exceso de regulación y con baja de impuestos frenéticos.
Estrictamente hablando, este es el programa que yo mismo siempre he expresado: privatizar o cerrar las instalaciones industriales no rentables y anticuadas, que son un peso muerto en el presupuesto del Estado , desarrollar la política energética «tradicional» y apostar por los sectores más competitivos, especialmente en el sector agrícola. Cuando el país termine de superar la crisis será posible desarrollar industrias más sofisticadas, innovadoras y de alto nivel de conocimientos.
De hecho en la Argentina se percibe falta de eficiencia y pragmatismo en el discurso político. Se teoriza demasiado: después de que el socialismo del siglo XXI (kirchnerismo era uno de su especie) toma el lugar de «ideología nacional» completamente desacreditada, la ausencia de cualquier estrategia política y económica adecuada era la norma. Los liberales no han podido ofrecer nada inteligible. Las reformas de los ex-ministro de Finanzas de Prat Gay, con grandes esperanzas en el primer año de Macri, se realizaron a medias y de manera inadecuada. Esto no es sorprendente: la lucha contra la inflación requiere medidas impopulares, claras y eficaces y el actual gobierno tiene miedo de romper un equilibrio delicado, prefiriendo actuar puramente de manera táctica y situacional.
El año pasado, cerca del Hotel Hilton, donde tradicionalmente se celebró la Expo EFI, se vieron algunas protestas; este año no había nada. Esto se explica probablemente por el hecho de que las izquierdas fueron tan entusiastas para la «celebración del 8 de marzo», saltando cerca Congreso y lanzando basura en la Catedral, que olvidaron sobre este aburrido congreso económico.
Esta conferencia me pareció no significativamente más eficiente, pero si más prometedora. En lugar del antiguo conjunto de las palabras teóricas, comenzaron a formar algo parecido a la estructura, el objetivo de unir a las personas responsables. Estoy muy contenta de haber estado presente en la Expo EFI ambos días.
En espacio literario del Expo EFI se presentaron y se vende ambos de mis libros – “Brotes pisoteados: Organizaciones juveniles progubernamentales” y “Prolegómenos al libro Carne”.