«En la Argentina existen dos tipos de redes de trata de mujeres, la interna y la externa. En la primera capturan a las chicas y las distribuyen en prostíbulos locales y en la segunda secuestran mujeres dentro del país y son llevadas, legal o ilegalmente, al exterior, las dos formas de captación funcionan en este país», contó a LA NACION la periodista de origen ruso, Kitty Sanders, que escribió el libro Prolegómenos al libro Carne, basado en una investigación de ocho años donde se hizo pasar por una bailarina en clubes de nudistas en varios países para llegar a tener contacto directo con los protagonistas de esta estructura criminal de tráfico de personas. Hoy está viviendo en la Argentina con protección de la Justicia porque está amenazada de muerte por algunos grupos mafiosos que operan aquí.

«Las provincias donde más chicas obtienen esas organizaciones criminales son Misiones, Tucumán y Corrientes», detalló.

Las víctimas, según Sanders, son llevadas a Buenos Aires y a Córdoba porque allí es donde hay más clientes y, en consecuencia, el mercado es más grande y más consolidado.

«En el barrio de Constitución, en la ciudad de Buenos Aires, existen muchos prostíbulos donde se ejerce la trata ‘dura’, que son chicas secuestradas a las que se las mantiene privadas de su libertad, drogadas y sin poder hacer nada. También, en los barrios de Lugano, Villa Soldati, Pompeya, en la villa 1-11-14 y Flores. Lo mismo ocurre en el conurbano bonaerense, en Morón y en Lomas de Zamora», dijo Sanders que además trabaja con la organización «Madres víctimas de trata».

Y agregó: «Tenemos muchas denuncias realizadas con los vecinos de Constitución. La Justicia logra cerrar esos lugares, pero al poco tiempo aparece de otro igual. Se maneja mucho dinero en ese negocio y con la plata se compran muchas voluntades políticas, policiales y también en la Justicia».

En la Argentina, aseguró Sanders a LA NACION, la mayoría de los casos en que las chicas son introducidas en la red, se hacen por la modalidad llamada «blanda». Es elmodus operandi con que la organización criminal capta a mujeres de bajos recursos en distintas provincias a través de una falsa promesa de trabajo en Buenos Aires o en Córdoba.

Perfiles similares

«Los proxenetas son profesionales. Rastrean chicas por redes sociales, en la calle o en boliches. En su mayoría, las víctimas tienen un mismo perfil, humildes y con ganas de salir de la situación en la que se encuentran. Cuando las tienen, no las sueltan y les prometen que todo lo que les ofrecieron antes está por llegar, pero nunca pasa», señaló.

Y agregó: «Aplican una manipulación psicológica fuerte sobre las víctimas. Además las trasladan lejos de donde viven para que no tengan contacto alguno y así logran aislarlas. Ni siquiera están encerradas, las dejan salir, pero están sometidas de tal manera que no saben dónde están metidas», dijo.

El tiempo en el que se pierde el rastro de una mujer que es capturada por la red, de forma «blanda», es alrededor de 2 semanas.

En cambio las que son secuestradas de forma «dura», en pocas horas se les pierde la huella, «por eso hay que actuar con velocidad. Porque estas chicas lo único que quieren es escapar, entonces las golpean, las drogan y las llevan lejos de donde las agarraron para perderlas para siempre» explicó Sanders.

En octubre del año pasado, la periodista rusa, ya asentada en la Argentina, recibió amenazas de muerte. «Me llamaron y me dictaron la dirección de mi casa, en español y en ruso. Me decían que me iban a matar si no paraba con lo que vengo haciendo. También intentaron hackear mis cuentas de Facebook y mi mail.» contó Sanders.

La periodista realizó la denuncia judicial y quedó con protección policial. «Al poco tiempo de ese llamado me llegó un mensaje por Facebook con mis fotos, del momento en que hacia la investigación, con la cara golpeada. Y el mensaje decía que pare de difundir este tipo de información porque iba a terminar muerta. La verdad es que tengo mucho miedo, me tuve que mudar. Estoy asesorada por la Defensoría del Pueblo y tuve que hacer una copia de toda la información que recabé en estos ocho años y dársela a una persona por si me pasa algo», aseguró Sanders.

 

por Leonardo Scannone

28 de enero de 2018

Articulo en el pagina de LA NACIÓN