Yo soy la descamisada,
a la que al fin se le escucha,
la que trabaja y que lucha
para el bien de la Nación

Parte de la canción «La Descamisada»

Ayer en el Instituto Ana María Janer llevé a cabo dos talleres sobre la temática de prevención del delito de la Trata y Tráfico de personas para sus alumnos de 4° y 5° año.

Como siempre sucede con los jóvenes, hubo mucha improvisación de mi parte. Con el rector Rodrigo Sebastián Gómez, planificamos dos charlas de dos horas cada una, por lo que la duración se amplió a tres horas cada una. Como había mucho interés por parte de los chicos, decidí no acortar el tiempo. Participaron en mis escenas teatrales con gran interés, como actores reales. También en la resolución de acertijos como: «¿Está prohibida o permitida la prostitución en Argentina?» y otras preguntas relacionadas con el tema de explotación.

El entusiasmo de los alumnos me contagió tanto que hicimos más escenas de las que tenía planeadas. Al final de cada escena, los chicos y chicas que participaron por propia voluntad en ellas recibieron pequeños recuerdos de mi parte: desde la inscripción de su nombre en idioma ruso en la placa «Mandamientos anti trata» hasta pins especiales únicos de mi diseño, que no se puede encontrar en ningún otro lugar.

Siempre estoy muy atenta a la iniciativa de los chicos, porque en realidad no es nada fácil salir delante de todos cuando llamo a alguien al lado del escenario para implementar una escena teatral y nadie sabe cuál.

Por lo tanto, para quienes salen primero a participar, doy, además del nombre en «Mandamientos anti trata», también un pin. Esta vez ocurrió una situación inusual, porque hicimos más escenas teatrales de las que había planeado (siempre me abastezco) y, por lo tanto, me faltaba un pin para una chica que mostró mucho entusiasmo dos veces. Como soy de palabra, no podía dejarla sin un regalo y lo único que tenía conmigo se lo di y era mi camisa.

Cuando dije que le daría mi camisa, hubo silencio, ya que los chicos al principio no creían lo que escuchaban. Y cuando ya me había quitado la camisa y comencé a ponérsela a la niña, el público estalló en aplausos. Y escuché varias exclamaciones: «Descamisada».

Esto me recordó a una canción patriótica argentina: «La Descamisada» de Enrique Maroni.

Creo que todos no debemos mentirle a nuestra juventud y estar listos para darles la última camisa, ¡porque ellos son nuestro futuro! Así que seamos todos descamisados, pero con FUTURO!