Cuando Mauricio Macri y su equipo llegaron al poder, la gente se sorprendió por el ritmo tomado por su gobierno. Las reformas económicas (eliminación del cepo cambiario), la reducción en el gasto público y el aparato del Estado, recordemos las protestas por los despidos de empleados que no realizaban tarea alguna (ñoquis), los juicios y detenciones de políticos corruptos del gobierno anterior por delitos contra la de propiedad del Estado. Todo eso fue impresionante y dio al gobierno un crédito de confianza de la gente. Pero más tarde las reformas se fueron desacelerando, por ejemplo, los recortes de impuestos no se producen en la magnitud que nos gustaría, la actividad del sector agrícola sigue siendo demasiado regulada por parte de Estado, y como resultado los agricultores (especialmente los pequeños y medianos productores) están sufriendo problemas graves. Tampoco han sido eliminados los altos derechos de importación que se aplican para proteger industrias ineficientes y hace que en Argentina algunos precios lleguen a niveles absurdamente altos (por ejemplo, en artículos de electrónica) y su contrapartida: el «récord» de las compras con tarjeta de los argentinos en Chile, que superaron los USD 830 millones. El viaje de compras a Chile es una tendencia que llegó para quedarse. Con precios de hasta un 60% más baratos que en la Argentina, este año romperá un nuevo récord cuando 3,7 millones de turistas argentinos crucen la Cordillera, a un promedio de $10.000 por día.
La inflación no ha sido derrotada, y de hecho en este año en Argentina se llevarán a cabo elecciones parlamentarias, y el equipo de Macri debe realizar su máximo esfuerzo para mostrar resultados efectivos y no seguir perdiendo terreno. Obvio que todos entienden que el kirchnerismo no pierde oportunidad para bloquear las acciones del nuevo gobierno, por eso la gente sigue esperando y dando crédito al gobierno. Se espera que el reemplazo de algunos funcionarios y del ministro Alfonso Prat-Gay por un nuevo equipo de economistas sea más eficaz y obtenga mejores resultados. El tiempo lo dirá.
¿Vamos a mirar qué ocurre en el nivel de la capital? En primer lugar quiero decir que en el marco del proyecto «Periodismo Social» voy a viajar periódicamente a diferentes regiones para cubrir tanto los aspectos positivos como los negativos en la vida de las principales ciudades de nuestro país.
Hoy les presento un pequeño reportaje fotográfico del Microcentro, donde las autoridades de la ciudad decidieron poner en práctica un ambicioso proyecto: convertir algunas zonas con gran tráfico de autos en los espacios públicos más ecológicos y convenientes para las personas. Como dice Rodríguez Larreta:
“Buscamos que la gente pueda vivir mejor”
Todos recordamos cómo hace unos años fue destruido un parque situado en la 9 de Julio, que dio encanto a la avenida más amplia del mundo. En esa época las autoridades de la ciudad se vieron obligadas a sacrificar espacio verde para aumentar el tamaño de la avenida vehicular
Ahora, cuando el gobierno de la capital y el país están bajo el mismo espacio político, estos decidieron promover un Microcentro orientado a la actividad peatonal, al uso de la bicicleta y desalentar el uso de los automóviles particulares.
Con este objetivo se realizan varios proyectos desde la simple reparación de calles y avenidas hasta los proyectos de reconversión de espacios peatonales.
Ahora peatonalizarán las zonas de Retiro, Tribunales y el Casco Histórico. Esto tiene como objetivo ordenar y ampliar el espacio público en aquellas zonas por la que transitan muchas más personas por día y en otras donde se proyectan mejoras en la circulación. Por ejemplo, en la zona del barrio de Balvanera donde se espera un movimiento de 250 mil personas por día.
El proyecto se realiza en el espacio comprendido por las avenidas Pueyrredón, Corrientes, Rivadavia, la calle Uriburu y el entorno de Plaza Miserere y contempla, entre otras cosas, la peatonalización de calles, el ensanchamiento de vereda, la ampliación y la puesta en valor del Centro Comercial a Cielo Abierto. Los trabajos que se realizan implican el soterramiento de cables, ordenamiento de las marquesinas de los locales comerciales, reconversión a luminarias LED, refacción de las veredas y agregado de equipamiento. También la extensión de ciclovías, la apuesta al sistema de alquiler gratuito de bicicletas (Ecobici) e intervención en calles donde amplía la vereda para favorecer al peatón. Además, también se extenderá el horario de restricción vehicular que hoy es de 11 a 16 y será de 9 a 18.
Este proyecto se anticipó que estará terminado en abril de 2017. El trabajo se lleva a cabo todos los días, y todo está avanzando muy rápidamente. Es bastante impactante observar la demolición de objetos que nos resultaban familiares, por ejemplo, en la zona de Tribunales la plaza se transforma completamente, al desaparecer la fuente que la adornaba. Sin embargo, resulta muy interesante apreciar el resultado final del proyecto. Por supuesto, las restricciones de tráfico mejorarán la condición ecológica del Microcentro y la vida de los peatones que a diario recorren la ciudad.
Sin embargo, las autoridades no deben olvidar de las cosas molestas que producen estos proyectos de transformación. Por ejemplo, las veredas rotas y el asfalto completamente desfigurado que por años no ha sido reparado entre la avenida Leandro N. Alem y Bouchard, que no sólo se ve terrible, sino que es capaz de provocar accidentes a los peatones.
Espero que los cambios positivos iniciados por gobierno federal y de la ciudad continúen a un ritmo rápido y conduzcan a nuestro país, sus ciudades, regiones y al distrito federal a un nuevo y adecuado aspecto, próspero y más seguro.