Hubo esperanza por parte de una porción del electorado, que estimó como un acierto la elección presidencial de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), economista curtido en la gestión pública y en la política. Él, que no desperdició un solo decenio de los últimos 60 años, para ejercer cargos públicos relevantes, alternando con actividades empresariales y bancarias que le permitían incrementar el grado de influencia social y política.
Aquel ánimo de una parte del electorado, debido a un economista-presidente, era cuando menos la mejora de la economía nacional. Y, tal esperanza fue estimulada porque PPK se rodeó de ex-ministros de economía para cogobernar: La vicepresidenta y el presidente del Consejo de Ministros.
Pero, los electos y los nombrados han sido estériles e infructíferos. La economía va cada vez más congelada, disminuyen las plazas laborales, no se remozan las inversiones, el Estado no emprende obra pública significativa, hay desazón en los círculos financiero-empresariales.
Políticamente el régimen carece de partido y de cuadros para gobernar. En la frondosa estructura del Estado aún siguen los altos funcionarios del sustituido gobierno de Ollanta Humala. En cuando a los ministros, los de mayor poder son caviares, que responden al socialismo variopinto. Todos muy duchos en poner en práctica su propia agenda, roja o rosa, desde cargos públicos de un gobierno que sienten que es ajeno a lo suyo, pero mediante el que pueden plasmar sus preferencias y pretensiones.
El intervencionismo caviar explica el terremoto social y moral generado por el ideologizado Currículo Nacional de Educación Básica. Que ha costado la censura parlamentaria de un Ministro de Educación, en los primeros cinco meses de gobierno. Sin embargo, la insistencia pertinaz de los caviares, hace de PPK un presidente obstinado en designar más de lo mismo, nombrando como ministra de reemplazo, a quien es miembro leal y de la confianza ideológica del censurado ministro Saavedra.
Pero, desde ayer, los días de la Ministra Martens ya empezaron en cuenta regresiva. Cometió el gravísimo error de modificar el revolucionario Currículum Nacional, introduciendo siete definiciones en el glosario terminológico, mediante el cual revela sus intenciones ideológicas, que durante los tres meses transcurridos de su gestión, supo mantener ocultas, recurriendo a declaraciones tenazmente ambiguas.
Con las enmiendas de ayer, ya sabemos hacia dónde nos quieren llevar con la “educación sexual integral (ESI)”, el “género”, la “identidad”, la “igualdad de género”, la “orientación sexual”, el “sexo” y la “sexualidad”. La Ministra Martens ha contribuido a exacerbar la discusión doctrinal y facilita su expulsión política.
PPK ha dilapidado el consenso ciudadano favorable que tuvo por resultados electorales, que por su naturaleza son efímeros. Pero, gracias a su torpe manejo gubernamental de los primeros meses, se ha producido un deterioro más acelerado. PPK ha mal gastado, estafado, malversado y desaparecido su capital político. Quien se acuesta con caviares, amanece muy enlodado en sus agendas socialistas y totalitarias.
Pero, estimo que aún hay luz en el túnel, porque faltan más de 4 años de gobierno, porque la sana y sincera rectificación daría oxígeno al cadavérico gobierno de PPK, que requiere sustituir todo el gabinete ministerial, y no demorar más la designación de cuadros gubernamentales leales con la Nación y eficaces en la república.
Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 10 de marzo de 2017, p. 6