Ojalá! Ahora hay un funcionario corrupto menos en América Latina.
La corrupción es un tumor del Estado. Me estoy refiriendo al tamaño del gobierno, la cantidad de burócratas, los ñoquis. Si el aparato burocrático es muy grande – tiene más corrupción. En su tiempo Ronald Reagan decía:
«El gobierno no soluciona los problemas; los subsidia».
Hacía referencia a la cantidad de burócratas y el nivel de control sobre ellos. Hay algo de verdad en estas palabras. Estoy de acuerdo que el nivel de corrupción depende de las posibilidades de robar, y, eso depende también de la cantidad de burócratas. Porque cada persona simple no puede robar el dinero del presupuesto en cantidades que afecten al país.
Y sobre el control. ¿Quién puede hacer este control? El presidente de Singapur, que venció a la corrupción en su país y llevó a Singapur a ser un líder de transparencia mundial hasta ahora, Lee Kuan Yew dice:
«Ante la ley, nosotros [en Singapur], somos todos iguales».
La verdad, todos deberíamos ser iguales antes de la ley. Sobre esto el General Juan Domingo Perón decía:
“Dentro de la ley, todo. Fuera de la ley, nada”.
(Entiendo que posiblemente Uds. tengan distintas opiniones sobre estos líderes, pero no se puede negar que ellos fueron patriotas en sus países y quisieron lo mejor para sus pueblos). Por eso por un lado la corrupción debería ser controlada por la ley, pero no es todo. Ludwig von Mises en su gran libro «Gobierno omnipotente» contó:
«La corrupción es un mal inherente a todo gobierno que no está controlado por la opinión pública.»
En nuestra época tenemos más posibilidades con técnicas (como Internet) para observar el movimiento de los burócratas estatales, lo cual provoca dificultad de esconder a los corruptos. También el papel del control social es muy importante, porque la corrupción lleva a la soberbia y al aislamiento de poder por las personas, como ya lo decía José de San Martín, el Libertador:
«La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales, que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder».
En tiempo de Cristina Kirchner nuestro aparato burocrático era muy grande y nuestro país quedó entre los peores Estados respecto a su nivel de corrupción, según el informe anual de la ONG Transparencia Internacional del año 2015.
Con la llegada de Mauricio Macri y los despidos masivos de «ñoquis» (burócratas truchos con salario grande, o como dicen los kirchneristas «digno») del aparato estatal, nuestro país subió el nivel de transparencia según el Índice de Percepción de la Corrupción 2016 –y está entre los cinco que más posiciones escalaron, subiendo 12 puestos!!
Pero siempre hay lugar de mejorarse!