No ha pasado ni un  mes cuando  escribí mi artículo sobre las elecciones en Ecuador. Donde uno de los candidatos en plena campaña es Lenin.  No sé si es una ironía o una maldición de la vida. Estamos nuevamente en el año 17, y en un nuevo siglo y ¡una vez más Lenin está luchando para tomar el poder! Es en serio. Este año Lenin, sí, Lenin Moreno, encabeza la campaña electoral de Ecuador.

Entonces, se acercan las elecciones presidenciales en Ecuador y el candidato oficialista Lenin Moreno se ve envuelto en un escándalo de corrupción que podría acarrearle serias consecuencias ante los comicios. ¿Pero alguien tenía dudas que él no era un ladrón? Es un izquierdista,  por lo que no puede no robar y no mentir. Y este escándalo de lavado de dinero es solo una gota en mar.

Los izquierdistas mienten y roban, siempre digo esto. Ahí está y el camarada  Lenin Moreno que una vez más confirmó este axioma y está implicado en un escándalo de corrupción. Por supuesto, no retiró su candidatura.

¿Que tenemos al final?

Tenemos un corrupto con las costumbres de un dictador, que lleva el nombre de Lenin, se postula como candidato presidencial en el año 2017 y está delirando con  ideas de revolución bajo las consignas del «bien común»,  «obras con amor»  y  «reestructuración nacional». Pues, como dice Georg Wilhelm Friedrich Hegel:

La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa

La tragedia con la presencia de Lenin pasó en Rusia en el año 1917. Y la farsa con  Lenin se lleva a cabo en Ecuador en 2017.

La izquierda siempre miente y roba, es un axioma. ¿No será que estas dos similitudes de nombre y año son un guiño de Dios advirtiéndonos que nos encontraremos nuevamente con un energúmeno?

¡Dios salve a Ecuador!