Pensé que nada podría separarme del trabajo de mi tercer libro «Los cantos de una Rusalka», pero la noticia sobre Óscar Pérez me emocionó y no podía dejarlo sin comentario. Hace unas horas las agencias de noticias fueron excitadas por la noticia de Venezuela. Parecería que en este país ya nada nos podía sorprender: mostró las cosas más absurdas al mundo, como la imposibilidad de imprimir una nueva serie de dinero, ya que los costes de impresión valían más que los billetes (¡hola y gracias! al control de precios, el socialismo, la inflación y otros «encantos»); allí matan y mutilan a los opositores y someten a violación correctiva a los chicas-opositoras; el poder está en manos de un imbécil semi analfabeto. Pero la última noticia es completamente diferente.
Óscar Pérez de 36 años de edad nadador de combate, paracaidista, piloto y verdadero deportista (en lugar del falso liberal «atleta» Pedro Kuczynski, que mostró como un saludable ejemplo su terrible estado físico para todo el país) y el oficial de policía que atacó el edificio del Tribunal Supremo de Venezuela en helicóptero con el cartel «350 Libertad».
¿Por qué «350 Libertad«?
Se refiere al Artículo 350 de la Constitución, según el cual el pueblo de Venezuela, de conformidad con los principios republicanos de la lucha por la independencia, tiene el derecho de no reconocer los regímenes, la legislación y las estructuras de poder que violan los derechos humanos y son contrarias a los valores y principios de la democracia.
En su video-mensaje se informó que hubo un grupo de conspiradores que consiste en militares, policías y civiles que se oponen al régimen de Maduro y su tiranía. Y terminó con las palabras:
Somos Guerreros de Dios y nuestra misión es vivir al servicio del pueblo. ¡VIVA VENEZUELA! ¡QUE VIVA!
Obviamente, la situación en la región es cada vez peor para las izquierdas. A pesar de que en el Ecuador con el fraude colosal del socialista Lenin Moreno, y la tendencia general de derecha conducida por los neoliberales débiles, que interminablemente hablan del economía y creen seriamente que a las FARC, el ELN o Maduro puede oponerse la ONU con su «preocupación» y con la ayuda de préstamos de las instituciones financieras internacionales y de China, el giro a la derecha continúa.
Sin embargo, tanto los liberales y socialistas que hasta ahora permanecen en el poder, han subestimado la profundidad de la reacción conservadora de los últimos años; la gente está cansada, no como en los años 90 , ni como en los años 60 del siglo XX… No!!, están cansados de forma mucho más consciente, se vuelven más inteligentes y maduros. Y la idea de castigar a los responsables, alejarse de los modelos políticos perversos de una vez y para siempre, se hace aún más evidente. Todos los líderes de esta nueva wannabe – derecha ola, como Pedro Kuczynski con «experiencia de cooperación con varios estructuras globalistas», que no reconoce ni la historia, ni la tradición, ni la filosofía nacional, y solo es capaz de gestionar préstamos, construir bonitas fachadas en los barrios pobres y «predicar un estilo de vida saludable», no pueden hacer frente a las tareas que les demanda la Nación, el destino y la historia.
Si hablamos específicamente de Venezuela, la oposición civil, con todo mi amor por ella, no es capaz de asumir el control del país y realmente oponerse a la dictadura. Su «arsenal de protesta» no es particularmente efectivo contra las bandas armadas progubernamentales, que fue entrenadas no solamente por instructores locales, sino también por los miembros de FARC (que adoraban a Chávez y Maduro), que viven en Venezuela como en su hogar, huyendo de la policía y del ejército colombiano. Las protestas pacíficas, manifestaciones, llamados a la paz y consignas liberales – no son un arma eficaz en la situación venezolana.
Como resultado, me parece, que en la escena empieza entrar una nueva fuerza, que yo personalmente esperaba mucho, – la unión de las fuerzas de seguridad, militares y civiles que no dudan decir: «Somos nacionalistas y patriotas».
Las autoridades oficiales llamaron lo que está pasando como «acto del terrorismo» e «intento de golpe». Por supuesto, no podían dejar de añadir que Óscar Pérez está «vinculado a la CIA» – sin ese viejo dicho los socialistas no pueden existir; lo utilizó Kirchner, Correa, Chavez, Maduro, Lenin Moreno Ortega. Pero, «suum cuique» (a cada uno lo suyo): algunos hablan acerca de Dios, la Nación, la solidaridad y la vida de niños y adolescentes, los otros – sobre la CIA, espías bajo sus propias camas y los “adolescentes rebeldes” de dieciséis que «se rebelaron contra el presidente sabio». Y por alguna razón, me parece que la Historia está en el lado de los primeros.